(mandala pintado con circulos de sangre de chancho, tierra, flores y hojas)
“La humanidad se encuentra hoy en un momento crucial: de continuar el ritmo actual de degradación del medio y consumo de recursos naturales, quizá la humanidad no llegue a ver muchos más siglos. Por otro lado, los conflictos abiertos alrededor del mundo no permiten afirmar ni mucho menos que nuestro mundo esté en paz. ¿En qué momento se produjo la escisión entre el mundo natural y los humanos? ¿Pueden los humanos vivir en paz entre ellos, y con el resto de seres vivos?
La Princesa Mononoke es una bella película de animación que nos hace reflexionar sobre estas cuestiones. Aclamada por la crítica, narra una fábula mitológica sobre el enfrentamiento entre los humanos y la naturaleza.
La historia comienza cuando el joven guerrero Ashitaka, príncipe de la tribu casi extinguida de los Emishi, se ve obligado a matar a una criatura endemoniada que ataca su pueblo. La criatura resulta ser en realidad uno de los dioses protectores del bosque y, como consecuencia, cae sobre él una maldición. Ashitaka emprende un viaje hacia el centro del bosque, donde espera encontrar el origen de la maldición antes de que acabe con su vida. En su viaje conoce a los dioses del bosque, las criaturas mágicas que lo habitan y a San, o princesa Mononoke, una chica que ha sido criada por la diosa loba. Por otro lado, junto al bosque se halla la ciudadela del clan Tatara, dedicados a la fundición del hierro, cuyas actividades empiezan a devastar el espacio natural a su alrededor, mediante la tala de árboles y la contaminación.
Los dioses del bosque y San estan decididos a luchar para proteger su tierra de los humanos. Éstos, capitaneados por la respetada dueña de la fundición L. Eboshi y ayudados por las nuevas armas de fuego, no piensan renunciar al progreso, la comodidad y la prosperidad, aunque el desarrollo de su tecnología suponga una explotación y destrucción de los recursos naturales. Ashitaka, sin posicionarse en uno u otro bando, se halla, como el espectador, en mitad de esta lucha.
Asistimos pues a un conflicto entre humanos y naturaleza, entre el progreso de la civilización moderna e industrial y la conservación del espacio natural. La acción se situa en una época inestable en Japón, durante los siglos XIII y XIV, en los que eran habituales las luchas entre distintos jefes feudales, y en la que todavía permanecían intactos los bosques primigenios. Según el folklore japonés, estos bosques eran habitados y protegidos por espíritus de la naturaleza, que adoptaban la forma de animales de proporciones gigantescas, a la vez nobles y terribles. Ésta es la época también en que comienza a producirse el cambio hacia la industrialización y se empieza a abandonar la vida basada en el trabajo en el campo.
La imaginación del famoso director Hayao Miyazaki, unida al conocimiento de la tradición legendaria japonesa, le permite crear este cuento de hadas que recrea con magia los inicios del conflicto todavía no resuelto entre progreso y degradación medioambiental.
Sin embargo, el alegato ecologista no es tan obvio o unidimensional como suele aparecer en otras experiencias cinematográficas. No está perfectamente delimitado lo bueno y lo malo, no hay soluciones fáciles, no hay un final feliz al uso. En esta línea, cabe destacar también que el hecho de que un relato sea fantástico no implica que sea irreal. Los personajes de La Princesa Mononoke, tanto los seres humanos como las criaturas fantásticas, presentan características reales que reconocemos como humanas, y comportamientos con los que nos podemos identificar, pues tienen virtudes y defectos, facetas contradictorias y anhelos.
Además del conflicto entre las fuerzas de la naturaleza, representadas por los dioses del bosque, y la civilización humana invasora, el otro gran mensaje de la princesa mononoke es el sinsentido de la violencia, pues sólo engendra más violencia. El odio, la venganza y la brutalidad están presentes en la película y en ambos bandos, y la narración nos hace ver que tan sólo llevan a un mayor resentimiento y a un odio creciente, pese a que en ningún momento el espectador se siente adoctrinado de manera forzada. Por otro lado, la película trata también, a través de ligeras pinceladas cargadas de significado, temas como el de los pueblos indígenas que tratan de mantener su modo de vida, la igualdad entre hombres y mujeres, o el tratamiento a los colectivos más desfavorecidos en la sociedad.
En definitiva, La Princesa Mononoke nos situa en un mundo que no por fantástico resulta menos real, tanto por su complejidad como por las convicciones y valores totalmente realistas que aportan los personajes. Su mensaje ecologista es brillante, sin la facilona polarización entre “buenos” y “malos” tan convencional. Y nunca son suficientes los alegatos contra la guerra y la violencia. Los valores de la película son totalmente vigentes y necesarios hoy en día. Todo ello, acompañado de la belleza de las imágenes y la banda sonora, que arropan la imaginación que destila todo el filme.”
(Fuente: terra.org)
trabajo superficie:
sintetizar una pelicula a su minima expresión
creo que el mensaje de "La Princesa Mononoke" se puede sintetizar al concepto y forma de
círculo.
sintetizar una pelicula a su minima expresión
creo que el mensaje de "La Princesa Mononoke" se puede sintetizar al concepto y forma de
círculo.
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